La Eterna Discordia

>> miércoles, 31 de marzo de 2010



...o no. Discordia sí, eterna no. En estos tiempos empezamos a debatir con seriedad sobre el aborto. Y es curioso que nos pongamos a hacerlo AHORA cuando, por ejemplo, 74 años atrás fue legal. ¿Dónde? En España. ¿Cual España? No la católica, derecha y fascista. No la nacional. La republicana. No la de Franco. La de los revolucionarios. La de los socialistas, los anarquistas, los sindicalistas, la del POUM, la de la CNT, la de la FAI. La de Federica Montseny, uno de esos casos increíbles. No sólo una mujer que ocupó un cargo político, sino una anarquista que ocupó un cargo político. Contradictorio, cierto. Tan cierto como que esa contrariedad ideológica nacida de la necesidad (estaban en medio de una guerra intestina, para el que desconozca los hechos) sentó precedentes con respecto a los derechos de la mujer; a la equidad de género.

Pero ya sabemos, la derrota final fue para el bando republicano (electo por voto popular) y la historia la escriben los vencedores. Ojalá la presencia de un notable periodista como Orwell, que se jugó el pellejo en las trincheras, hubiese bastado para que los aliados en la Segunda Guerra entraran a Madrid a sacar al tirano para devolver el control del país a las masas, que en efecto controlaron partes de España, como esa Barcelona que hoy, en el siglo XXI, parece una lejana utopía, una ciudad marcada por un furor revolucionario ficticio, romántico, imposible.

Pero no ocurrió así. En buena medida, quizás, es por esto que hemos tardado tanto en debatir algo que de trivial no tiene nada.

¿Debe ser legal el aborto?

Como mínimo, debe ser despenalizado. Hay muchos factores a tener en cuenta. El primero es la libertad de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. El contra-argumento es la protección de la vida potencial (o vida a secas, depende como se mire). En general, se recurre a esto como motivo moral. Ahora quiero que me respondan algo. ¿Qué moral hay en permitir una vida si vamos a arrojarla a las calles, al hambre, al frío, a la miseria, a la explotación sexual, al abuso emocional, a la discriminación, a los prejuicios? ¿Qué moral hay en esa rubia de Palermo Hollywood que se llena su botoxísima boca con lugares comunes "pro-vida" que ignora al nene que en un semáforo quiere lavarle el parabrisas a cambio de unas monedas? Monedas que le sobran, porque sólo existen ricos (pocos) cuando existen pobres (muchos). El capitalismo que da sus privilegios a la rubia de Palermo Hollywood DEMANDA el desempleo (¡Qué termino más significativo! ¡El que no puede ser empleado, utilizado, cual si de un objeto se tratase!). Lo demanda porque para que el sistema no se desmorone cada individuo debe ser perfectamente reemplazable, nadie puede ser indispensable, todos deben ser números, estadísticas. Y mientras un homosexual reprimido muestra en TV la fortuna que posee gracias a los chocolates que inventó su abuelito, los empleados de sus fábricas reclaman condiciones dignas de trabajo. ¿Cual es la verdadera diferencia entre el payaso de la TV y el obrero? Simple: el obrero es un productor de bienes, el otro un parásito.

Cuando ocurren estas cosas no podemos hablar de moral. No hay moral alguna en decir "esto es mío y hago lo que quiero" cuando otros se mueren de hambre. No hay moral porque no hay un verdadero motivo para que vos podás tener, y ostentar, cuanto producto de consumo -exclusivo- se lance al mercado por obra y gracia de todos aquellos que trabajan de sol a sol a en tus empresas. No posees nada que sea útil en la cadena de producción de los recursos, pero sos el principal beneficiado. Entonces, sos el verdadero prescindible en este meollo.

Del mismo modo, no hay moral en que te pongás en contra del aborto pero ignores a todos aquellos que no fueron abortados. Porque de otro modo se defiende el parto, pero no la vida.

Los que, en efecto, defienden el parto pero no la vida son los fascistas, quienes se declaran a favor de la pena de muerte. Y no es casual. Algo similar pasa con la iglesia. Mientras se los bautice, no hay problema. Un número más para alimentar a la gran Puta de Babilonia. Al facho, en cambio, no le interesa el número sino mostrarse más humanos. A fin de cuentas, son los perdedores de la historia. Los verdaderos perdedores. Al menos a mí nadie me insulta cuando me llaman anarquista. Y nadie que sepa qué es el anarquismo puede considerarlo un insulto. Pero el fascismo...

Por otro lado hay un argumento muy discutible que es el de la conveniencia. No es tan simple como no entorpecer el normal desarrollo de la vida de los padres, si no el tener plena consciencia de dos cosas: A) el momento histórico que se vive y B) el lugar, y la historia del mismo, en que se reside.

Este es el mejor momento para empezar a discutir estos asuntos. ¿Por qué? Porque, ya lo dijo Enrique, "más vale tarde que mañana". Perdiste tiempo, che humanidad, superalo. En este momento el coming out de las personas con sexualidades alternativas, las nuevas tendencias espirituales, la conspiranoia, internet, el way of life y las justas reivindicaciones reclamadas por cientos de colectivos nos dan la oportunidad de hablar. Callar es cometer un crimen.

Hoy es cuando podemos presentar verdaderos, fácticos argumentos. Como por ejemplo, el del mal menor.

Es una realidad que los abortos ocurrirán. De nosotros depende seguir como ahora (y que ocurran en el comedor y los realice cualquier persona sin formación médica con una aguja de tejer, que la paciente contraiga una infección, muera y deje huérfanos a sus otros siete hijos) o que se realice en un quirofano (por profesionales, en condiciones sanitarias óptimas). Porque no puede ser evitado.

Pero nada de lo anterior sirve de algo si no entendemos los por qués. Este, aparcero, es un país jodidamente católico. Acá manda la tiranía de la Santa Puta de Vuestro Sagrado Corazón de la Contumacia Y Cristo Loco El Inepto. Poco a poco, los otros hemos empujado y si bien aún no tenemos una verdadera separación entre iglesia y estado, algo de espacio conquistamos. En este, el país de los cinco presidentes en una semana, en este, el país donde un primer mandatario manda a lavar los platos a los científicos, en este, el país donde se vende en 300 millones una central nuclear que genera 250 millones al año, en este, el país donde viven tipos tan pelotudos como para pensar que el dolar y el peso podían valer lo mismo en la década del noventa, todos los cargos políticos importantes deben ser consensuados con el clero. Ese clero que lava plata manchada con sangre, ese clero obscenamente adinerado, ese clero genocida, ese clero homofóbico, esclavista, misógino, hipócrita, miserable, ruin, déspota y manipulador.

Ese clero al que nada le importa la vida humana. No sean estultos, señores, la inicua iglesia católica se opone al aborto no por defender el derecho a nacer del crío, sino por cuidar sus intereses de una buena imagen y, por supuesto, de bautizados. No es por caridad que tratan de estar siempre presentes en los sectores más humildes. No sólo porque los humildes son mayoría, no sólo porque es más fácil engañar al ignaro que al docto, sino porque enarbolar las justas causas de los oprimidos les da cierta licencia para opinar, y presionar, sobre asuntos de la vida pública, que conciernen a la sociedad por completo. ¿Pero qué coño me puede decir el cura católico de la educación sexual en las escuelas, tan necesaria para combatir el aborto? Se supone que él es casto. ¿Qué puede saber? Mucho y nada. Sabe muy bien que monopolizar los contenidos que se dictan en la escuela ayuda, en demasía, a su sistemático lavado de cerebros.

Y acá, algo vital, es la educación de los pueblos, esa práctica libertaria que en la teoría se defiende y en la práctica se omite. También por conveniencia. Al empresario le conviene que estemos apoltronados frente a la TV, sedándonos, alienándonos con un par de tetas, que tengamos tantos hijos como sea posible, que todo nos chupe un huevo. A fin de cuentas, con un hueso se contenta al perro y con pasto a la oveja. Similar ocurre con los políticos. No muy diferentes son los militares. Y no hablemos ya de la policía.

A ninguno de los antes mencionados les conviene que SEPAMOS. Que sepamos de educación sexual. Ni de sociología. O teoría de comunicación de masas. O semiótica. O música. Y aunque parezca que vuelvo a vagar por las laberínticas ramas del Árbol del Conocimiento de la Ciencia del Libre y el Facho, lo cierto es que todo está relacionado. Nunca dije que la realidad sea simple, por cierto.

Métodos anticonceptivos gratuitos, cosa poco vista pero verídica, son necesarios para comenzar a revertir esta situación. Pero ni los preservativos ni la educación sexual serán regla hasta que eliminemos el tabú. Y acá viene el meollo del asunto: que el sexo, la política, la religión y el aborto sean tabú es un beneficio para las mismas mentes siniestras de siempre. Si no se abre el debate, nunca llegará el cambio. Todo tenderá a permanecer igual.

Mientras tanto la sociedad sigue sumida en el desamparo, la ignorancia, la explotación y el engaño. Ni siquiera nos hacemos una pregunta esencial: ¿Está preparado el individuo para ser padre?

Un pibe de 17 años no está listo más que física, biologicamente para procrear. Se priva de aspectos de su vida y priva a su hijo de un futuro guiado por un sujeto conocedor de los modos del mundo. La clase de persona que, cuando el crío llega a la edad del "¿Por qué?", es sincero cuando dice "no sé". ¡Claro que no sabe nada! ¡Claro que no tiene opinión formada sobre nada! Tiene 20 años y la madre de su hijo es una chica de 18 que quedó embarazada a los 15, que a los 29 será abuela porque así sólo repetimos este ciclo de ignorancia, en el cual se benefician los pocos a costa del sufrimiento de los muchos.

Formación. Información. Derecho a decidir. Y luego sí, me hablan de moral. Incluso de derecho si se quiere. Pero en tanto y en cuanto los intereses de los cultos, las corporaciones y los partidos políticos primen; en tanto y en cuanto vivamos en la realidad del mal menor; en tanto y en cuanto no se comprenda que no son homicidios por gusto (esos los cometen otros), no me jodan con la moral.

A favor de la legalización del aborto con un estado presente que brinde contención y condiciones sanitarias seguras.

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Cinco Preguntas...

Cinco preguntas que todo ateo inteligente debe responder. Yo no "debo" nada, pero de todas formas responderé, para que el fulano del video no vaya por la vida creyendo que le damos la razón.



PREGUNTA 1: ¿No usa el ateo el “azar” para reemplazar a “dios” en el descanso que proporciona la ignorancia?

De ninguna manera. El azar es un hecho. O quizás azar no sea el término correcto, sino aleatoriedad. Se pueden hacer pruebas empíricas al respecto. Por ejemplo, poner un sombrero en el suelo y arrojar cartas. La prueba y error daría como resultado la habilidad de hacer que la carta entre en el sombrero. Pero si, por otro lado, se mezclara el mazo y se lo arrojara por completo al aire NADA garantizaría que una carta en particular entraría.

Pero esto en sí… ¿Es azar? Pues no. Se puede analizar cada factor (corriente de aire, fuerza con la que es lanzado el mazo, etc) y predecir el curso de cada carta. Pero cuando se ignora la posición que cada elemento ocupa en la pila es imposible el análisis.

El azar no reemplaza a dios. El azar, en todo caso, es la información que aún no tenemos. Y esto lo menos que podemos decir al respecto. La gran diferencia es que nada en la ciencia es por completo inobjetable. Todo puede ser rebatido. Y el científico agradecerá a aquel que compruebe una mentira, porque eso acarrea el progreso de la ciencia y del conocimiento acumulado por la humanidad.

PREGUNTA 2: ¿Por qué existe “algo” y no “nada”?

Porque la “nada” es un concepto abstracto, en mayor medida linguistico, necesario ya que los códigos comunes son la esencia de la comunicación, y por ende de la mayor parte de la interacción, humana, dado que si yo llamo a mi computadora arroz y vos le llamás asteroide nunca vamos a entendernos. El universo es materia y energía. Quizás al vacío, el espacio en el que no hay aire ni materia, se le pueda llamar “la nada”. No obstante eso no significa que el universo tal como lo conocemos sea el único imaginable.

No es posible afirmar que no habría vida si todos los factores que nos hacen existir faltaran o fuesen distintos. Eso sería falta de imaginación. Podrían, por ejemplo, existir formas de vida que soporten dos millones de grados de temperatura, o que no requieran aire para vivir.

PREGUNTA 3: ¿De dónde obtienes tu moralidad?

De la educación. ¿De dónde la obtuvieron los educadores primitivos? No necesariamente de un culto. Se puede hablar de la conveniencia de vivir en sociedad, por ejemplo. ¿Es moral lo conveniente? Es un beneficio, en todo caso. La moral está adecuada al “espíritu del tiempo”. Lo que hoy es una atrocidad, en tiempos pasados fue aceptado. E incluso bien visto. En el siglo XXI nadie aceptaría sacrificios rituales para alabar a algún dios, no obstante culturas arcaicas los hicieron sin mayores miramientos. Si la “moral” proviniera de una divinidad no sería mutable, sino que sería tan eterna como la propia divinidad. A menos que la divinidad evolucionara y con ella la moral, lo cual es imposible, ya que la divinidad es perfecta y la perfección no admite grados, no se es hoy más perfecto que ayer.

PREGUNTA 4: ¿Cómo es que la moral evolucionó?

A esto quería llegar. La evolución es el cambio progresivo que el organismo realiza con el fin de adaptarse al ambiente. En este caso, la moral debiera ser un órgano dentro de la misma sociedad. La moral se adapta a los tiempos que corren, y las futuras generaciones la toman como cierta ya que no conocieron los anteriores modos del mundo, debido a distintos factores. Por ejemplo, la esclavitud no fue abolida por “amoral”; la esclavitud fue abolida a causa de la revolución industrial. Cuando los burgueses vieron que era más rentable pagar un salario al esclavo y que él mismo busque su alojamiento y alimento. Por otro lado, la explotación está mal vista, pero no se debe a la “moral”, sino a las luchas de los oprimidos que, simplemente, se cansaron de vivir como bestias, conquistando así derechos civiles e iniciando revoluciones. Algo similar ocurre con la emancipación femenina.

PREGUNTA 5: ¿Puede la naturaleza generar organismos complejos?

La “complejidad específica” (argumento creacionista) es apenas una tautología. Según el padre de esta teoría, William Dembscri: “Una sola letra de un alfabeto es específica sin ser compleja. Una larga frase de letras escogidas de forma aleatoria es compleja pero no específica. Un soneto de Shakespeare es complejo y específico”. ¿Y? Existe al menos UNA oportunidad, si se tienen letras suficientes, de generar el soneto arrojando de modo aleatorio las letras al aire. Si se conoce cada factor (corrientes de aire, fuerza necesaria, etc) se puede arrojar una por una cada letra y lograr que caigan todas y cada una de ellas ordenadas. Prueba y error.

En ese caso, sí, la naturaleza puede generar organismos complejos.

Creo que sí soy un ateo inteligente y por eso me niego a arrodillarme ante cualquier divinidad y con eso darle poder a alguna institución nefasta.

No hay lugar para el creacionismo en la ciencia. Cristo a la iglesia, Darwin a la escuela.

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Existieron

>> lunes, 29 de marzo de 2010

Un texto encontrado en la red:

En los años de los 70 me di cuenta de que existían. Eran los viejos de la CNT. Se trataba de hombres en su mayor parte, también algunas mujeres, de manos grandes, piel tostada y profundas arrugas, que estaban llegando a la edad en que un obrero se jubila. Cada viejo tenía un relato que contar, y se trataba casi siempre de un recuerdo interesante, jugoso. Veías pasar a González, un escayolista de culo gordo, mono blanco y sucio, y andar patoso. Había corrido como la pólvora el rumor de que en una obra había entrado "el jefe" pegando voces e insultando a todo el mundo. El tal González se había bajado de su andamio, se había dirigido hacia él, y le había dado un solo guantazo sin mediar palabra, que restalló en todo el edificio implantando un silencio serio, espeso y muy educado. Eran tiempos negros de Dictadura franquista, miles de hombres estaban en la cárcel por menos que eso. Pero el jefe no denunció a González. ¿Por qué?

Empecé a indagar, y encontré otra historia, una historia que no tenía que ver con el partido comunista y con Rusia. Era siempre la historia de unos obreros manuales, de los que hoy serían llamados iletrados e incultos. Yo buscaba a los intelectuales, a los científicos, a los grandes líderes de extracción burguesa, y no los encontraba. Por motivos misteriosos, en los años veinte y treinta del siglo XX estos obreros se habían organizado en torno a un sindicato -la CNT-. ¿Por qué estabais en la CNT? -les preguntaba. -¿Por qué? Porque sí, qué tiene de raro -me contestaba Pedro.

Afiliándose al sindicato ellos mismos eran la CNT, y la CNT al mismo tiempo que existía por ellos, les daba vida otra vida a ellos. Escuelas, grupos de teatro, periódicos, bibliotecas, grupos de acción, de discusión... estaban muy organizados. Y habían sido derrotados en una guerra. Los supervivientes arrastraban el peso infame de esa derrota, con la marca del vencido que no se rinde, pero que ha perdido la esperanza. Eran tercos, pero los jóvenes tenían otros referentes: el partido, Mao, Cuba, desarrollo de las fuerzas productivas, imperialismo, alienación... Esos hombres y mujeres, que se decían de la CNT, anarcosindicalistas, eran "aliados objetivos de la reacción" según los cultos marxistas. ¿Reaccionarios? Pues a mí no me daba esa impresión. Parecían trabajadores corrientes.

Empecé a hablar con ellos, y siempre me sorprendían. Este se afilió con nueve años, porque con nueve años empezó a trabajar, y estaba deseando empezar a cotizar para ser un hombre. Esta mujer de rostro simpático me cuenta que en unos tiempos de moral rígida, siendo mocita bastaba con decir en casa que iban a la asamblea del sindicato, o que acudían al ateneo, para poder regresar a cualquier hora, porque el padre de mirada severa transigía con la tardanza si se realizaba al amparo del sindicato. Aquel me comenta cómo destruyeron una segadora burlando a la guardia, y cómo a raíz de aquello en la siega se implantó la jornada de cuatro horas. Otro más me enseña un revólver que parece sacado de una película del Oeste, "un recuerdo", me comenta. Uno estuvo en Mathausen, aquel en la liberación de París, este firmó el convenio de las treinta y seis horas semanales en el ramo de la construcción, José defendió Coria de los fascistas porque apañó un fusil y acabó en el campo de concentración de Albatera. Al "cojo" le dieron "el paseo", le dijeron que echara a andar para tirarle por la espalda, y cogió tal carrera que ni un galgo lo pillaba, y todos se ríen. "El niño de la Juani", fue el tesorero de la cooperativa, aquí están las cuentas. Bermejo me enseña cómo se parte un bloque de granito para darle el tamaño necesario con un mazo de tres kilos. Julián me explica cómo el sindicato designaba a los empresarios el número de parados a los que tenían que pagarle un jornal diario, trabajasen o no -eso lo dejábamos a cuidado del empresario, peor para él si no te daba faena-... Una foto con muchas mujeres sonrientes vestidas de negro... -son las compañeras, recogiendo fondos -me explica Luis "el camionero"-, nosotros estábamos en la cárcel... Fuimos a implantar el Comunismo Libertario, y nos confundimos de día y de hora, -y se ríen otra vez- ¡qué lío nos hicimos con las claves! Hicimos esta carretera, me escapé de la cárcel, fui un maquis, escribí un manifiesto, me dieron una paliza, a mí otra, y a mí otra, "alguien" mató al bicho del teniente... ¿Pero qué queríais? -les pregunto-... El precio de nuestro trabajo, la tierra, levantar casas, la libertad, destruir al Estado, fumar un cigarro, quemar el dinero, que no hubiera guardia civil, hacer un viaje, un vestido estampado, queríamos esto -y abre los brazos abarcando la habitación...

Lo más curioso, era el relato frío que hacían de una larga sucesión de pulsos y derrotas. Huelgas perdidas, despidos, listas negras... Estaban acostumbrados -me decían. Si te tumban, es sólo cuestión de ponerse en pie, no pasa nada. ¿Y qué es el anarquismo, qué puedo leer? -les preguntaba. El anarquismo es esto -me respondían golpeándome la frente con el índice-, lee lo que quieras. Podemos hacer todo lo que pretendamos en este mundo -afirmaban- basta con quererlo, joder. ¿Y por qué ya nadie es anarquista?... Entonces me miraban con tristeza apagada, furiosa. -Hubo una guerra. Murieron, los mataron, los exiliaron, y sólo nos salvamos nosotros, que tuvimos más suerte, o más cuidado, o más miedo... no sabemos por qué no vuelven los jóvenes, a nadie parece interesarle el sindicato, será culpa nuestra.

Los jóvenes que reorganizábamos "el sindicato", solo levantábamos su sombra. Eran los tiempos de "los sindicatos", de las banderas rojas, del partido, de la doctrina correcta y la interpretación científica de la Historia. La CNT no salía del raquitismo, y así sigue dignamente delgada en su fanatismo. Sus hombres y mujeres de la generación de la guerra, hoy en su mayor parte desaparecidos, fueron como los últimos mastodontes, seres a extinguir por la modernidad. Y los Historiadores se están encargando de cumplir la misión de enterradores, con un dictamen seco y contundente: lo que dicen esos hombres, es mentira. No existieron. Son obreros, no saben escribir, no entienden de ciencia, somos nosotros, que no estuvimos allí, los que podemos explicar qué pasó, y por qué ocurrió lo que ocurrió, que en realidad no pasó. Yo he escrito una tesis. Olvidaros de ellos, allí donde triunfaron llevaron la sociedad al desastre. Eso dicen los científicos, los intelectuales, los listillos.

Pero yo sé que eso es falso. Yo lo certifico. Yo los vi. Yo los toqué. Yo los escuché. No hubo personas en el mundo con más desprecio por la mentira que los viejos de la CNT. Para lo bueno y para lo malo, fueron veraces. Existieron, se organizaron, lucharon, vivieron, rieron y amaron. Todo es posible, ellos lo demostraron. Esa fue su herencia. Para silenciarlos, los tuvieron que matar.

Siempre en pie, la CNT.

por Jorge Gómez, obrero de la construcción, miembro de la CNT.


Es curioso. A mí el anarquismo me parece tan vivo que puedo palparlo. Está ahí, en la lucha contra la globalización. Está ahí, en el hacktivismo, en cualquier pibe que baja un crack. Está ahí, en los grupitos que traducen comics y scanean libros sin esperar más remuneración que un humilde "gracias". Está ahí, en las radios comunitarias, en las radios libres, en las páginas de contrainformación, en los blogs antisistema, en los espacios conspiranóicos. Está ahí, en los documentales independientes, en la música de la contracultura. Está ahí, en el anhelo de libertad de unos cuantos locos, ilusos, soñadores que aún ansiamos un mundo mejor.

Patéticos nos llaman algunos. Los mismos que se benefician con la histórica lucha del movimiento; los mismos que han de beneficiarse de nuestros futuros logros.

¡Viva la anarquía!

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A.C.T.A.

>> viernes, 19 de marzo de 2010



¿Qué es A.C.T.A?

Es la sigla de Anti-Counterfeiting Trade Agreement (Tratado de Comercio contra la Falsificación) un proyecto de ley internacional llevado en secreto. ¿Para qué? Para declararte la guerra. A vos. Y a mí.

Consiste, básicamente, en regular internet por ley y permitir acceso a toda tu información si te bajás un archivo MP3, pero las definiciones son tan poco claras que podrían multarte o incluso encarcelarte si mirás un video en youtube que NO ESTÉ NEGOCIADO ENTRE GOOGLE Y LA DISCOGRÁFICA DUEÑA DEL MATERIAL.

Probablemente la versión final de ACTA no sea TAN extrema, pero en este momento realmente es una posibilidad.

Dadas las circunstancias y el alcance de la red, cualquier conexión podrá ser monitoreada porque, vamos, todos somos sospechosos. Sí, aparcero, yo también pensé en el Big Brother en primer lugar. ¿Escalofriante?

Más escalofriante resultará saber que si tenés una notebook las reglas de ACTA permiten que sin sospecha alguna la policía revise tu disco. Y lo peor es que este tratado es negociado por los lobbis que poseen discográficas y estudios de cine. Hasta hace poco había algunas excepciones y la postura oficial de Marvel y DC Comics era de total apoyo para con los grupos de "piratas" que escanean y traducen sus productos. Pero ahora que las empresas fueron absorbidas casi en su totalidad por las transnacionales (con lo honrosa excepción de Avatar Comics y un par más) leer podrá ser un crimen.

Esto empezó en 2007 con USA, la UE, Japón y Suiza. Pero de ese momento a esta parte se han unido: Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, México, Jordania, Marruecos, Singapur, los Emiratos Árabes Unidos y Canadá.

El gran problema para el resto es que si los países del "primer mundo" firman esta ACTA, lo más probable es que para llegar a próximos acuerdos comerciales el resto del mundo deba firmar, entre otras cosas, el nefasto acuerdo.

No hay que ser ingenuos. Ni alarmistas. Hay que ser objetivos. Y la verdad es que este proyecto no tiene como finalidad evitar pérdidas, la piratería no genera real pérdida al sistema (cuando se popularizaron los cassettes y las VHS no trataron de imponer estas ominosas normas). Lo que pretende es eliminar algunos derechos civiles esenciales, como el derecho a la privacidad y la protección de datos. ¿Por qué? Porque tales derechos son la base de una actitud no-funcional al establishment. Y, por ende, la esencia de una (potencial) insurrección.

¿Por qué no lo hicieron antes? Porque necesitaban estos avances tecnológicos. Necesitaban de facebook, de twitter, de las páginas porno, de los celulares. Necesitaban que nosotros les dijéramos COMO someternos.

La tendencia al extremo control sobre la información es la consecuencia lógica del tiempo en el que se vive. Esta es la era de la información.

¿Qué ocurrirá? El futuro está en nuestras manos. Los datos se filtran porque incluso en las más altas cumbres económicas hay quienes saben que esto nos encamina a vivir en las pesadillas de Orwell. Eventualmente pueden instalarnos chips cutáneos y ahora que la publicidad de estos artefactos está en youtube creo que NADIE me tratará de conspiranóico por decirlo.

Y una vez más: se los advertimos. Todos nosotros, los que ustedes llaman conspiranoicos, gritamos lo que descubrimos. El escenario tiende a repetirse: no nos escuchan. Los chips ya son una realidad. ¿Qué más debe ocurrir para que nos detengamos a pensar? ¿Campos de concentración para quienes osen no aceptar cualquier imposición? ¿Cámaras y micrófonos en los baños? ¿Tarjetas para tener relaciones con nuestras parejas? ¿Procreación controlada por el sistema? ¿Qué más? ¿Permitir que el Vaticano castigue con 20 años de cárcel la masturbación? ¿Que algún neonazi queme libros? ¿Que la policía mate gente en plena calle y no se les pueda hacer anda?

Ese es el mundo al que nos dirigimos, esa es la realidad que veremos si no reaccionamos, si no hacemos algo.

¿Qué podemos hacer? En nuestras manos está, como mínimo, la denuncia. Decile esto a TODO el que conozcas. Gritalo. ¿Tenés acceso a un medio masivo de comunicación? Bien, usalo. ¿Podés explicarlo en la iglesia? Hacelo. La gente de DERECHO A LEER hizo un folleto digital explicativo, descargalo de ACÁ. Poné este artículo en facebook, en twitter, pegalo en las paredes de tu escuela, de tu facultad, del hospital, del dispensario, del jardín de infantes de tu hijo, enlazalo si tenés un blog, dispersalo por los foros.

Esa es la parte fácil. La parte difícil será luchar en las cortes, y esa depende de las organizaciones. Debemos ser rigurosos y apoyar al indicado. Y si eso falla, desobediencia civil. Deberemos dejar descargando todas nuestras computadoras a la vez, no piratear, sino abusar. Si nos multan protestar en la calle, organizar marchas, si nos quieren encerrar resistirnos a la policía.

No podemos permitir que el ACTA triunfe.

¡Odio todo esto!

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Dos Siglos Igual

>> martes, 16 de marzo de 2010

Dos siglos han transcurrido desde aquella revuelta que dio origen a las Provincias Unidas del Sur. Hoy en día, ser un revolucionario es equivalente, ante la mentalidad del hombre-masa, a ser un criminal. Pero alguna vez, fue algo positivo. ¿Cómo es posible que este país, forjado en contradicciones, tuviera seis golpes de estado con un total de 14 dictadores? ¿Cómo es posible que lograran establecerse, que los hombres y mujeres del pueblo no los combatieran? ¿Tanto intimidan las balas? ¡Si ya nos matamos entre nosotros!

¿Qué fue lo que ocurrió?

La ignominiosa tradición que dejó un total de 25 años de gobierno militar y un inexacto número de cadáveres comenzó en 1930, con el golpe de Félix Uriburu. El derrocado, el perdedor, fue Yrigoyen, radical que había decretado la inexistencia de las clases sociales, pero responsable por la Semana Trágica y los hechos de la Patagonia Rebelde. Era su segundo mandato, electo de modo democrático. Se lo sacó del poder sin pena ni gloria para el hombre común. ¿Por qué? Porque las fuerzas armadas no tenían, entonces, la reputación que se han forjado desde el ’30 al ’83.

Entre otros factores, destacan dos características de este golpe: el legitimarse a través de la Suprema Corte y el designar a un civil en el cargo de ministro de economía, en esta ocasión fue José Pérez, nombre común de un sujeto ligado a los grandes productores agropecuarios.

En la práctica, el gobierno fraudulento fue FASCISTA. De hecho, quien redactó su proclama inicial fue Leopoldo Lugones, una de las grandes vergüenzas de la literatura local, el que gritó que “ha llegado la hora de la espada”, el enamorado de Mussolini. No es casual que antifascistas de la talla de Severino di Giovanni fueran cazados y fusilados por los represores y elevados, por los medios burgueses, a condición de demonios de la sociedad.

Uriburu pasó el poder a Agustín P. Justo en 1932.

En 1943 se dio otro golpe. Acá empiezan las confusiones, ya que sus ideólogos no tuvieron mejor idea que llamar a su derrocamiento REVOLUCIÓN. Servían a otros amos. No a los ganaderos, sino al Imperio del Norte. ¿El motivo? La necesidad de desestabilizar la influencia británica sobre la economía local. Por supuesto, todos aquellos que obtuvieron el poder tenían en común las dos sempiternas características del fascismo: enemigos a muerte del comunismo y connivencia absoluta para con la genocida iglesia católica.

Los nombres de los dictadores: Arturo Rawson, Pedro Ramirez, Edelmiro Farrell.

Un dato a tener en cuenta: sindicatos socialistas, algunos comunistas y otros que se decían revolucionarios pactaron con el entonces joven Juan Perón. Así surge una potencia nueva, que llegaría a ser la predominante en el país: el proto-peronismo. El populismo le valió a Perón el llegar al poder de modo DEMOCRÁTICO en 1946.

Perón fue derrocado en 1955. Y otra vez se repite la misma historia. Llamar REVOLUCIÓN LIBERTADORA a un bruto golpe de estado. Legitimarse mediante la suprema corte. Connivencia con el clero. Represión. Persecución. Fascismo.

Se suma una característica nueva: idearon una “Junta Consultiva Nacional”, integrada por parte del Partido Socialista, la UCR, el Partido Demócrata Nacional, PD Cristiano y PD Progresista.

Había dos corrientes claras. El sector nacionalista-católico, liderado por el primer dictador de este período, Eduardo Leonardi, y uno liberal-conservador liderado por el siguiente dictador, Eugenio Uriburu. ¿Cuál era la diferencia en la práctica? El apoyo del clero y, por ende, del Vaticano.

Como antes fuera proscripta la UCR, en esta ocasión lo fue el Partido Justicialista, el peronismo. Una constante: la policía fue la misma. Los mismos tipos apalearon, según el dictador de turno, a radicales y peronistas. A veces a los comunistas. Siempre a los anarquistas, que eso del no-poder es peligroso para quienes matan de hambre al pueblo y más para quienes les tiran migas para que no hagan revoluciones.

Hasta este punto los fascistas no habían ejecutado jamás a los opositores (mal llamados contrarrevolucionarios) en público. Pero todo tiene un principio y si Hitler mataba seis millones de personas en Alemania ellos no iban a ser menos, claro.

En 1958 los militares llamaron a elecciones. Ganó Frondizi, de la Unión Cívica Radical Intransigente. ¿Cuánto duró? En 1962 fue derrocado por otros militares, en esta ocasión el dictador fue un civil. ¿Qué ocurrió? Frondizi levantó la proscripción que pesaba sobre el peronismo y este ganó las elecciones, ergo, el presidente fue derrocado por el General Raúl Poggi. ¿Por qué? Porque a las clases altas no le gustaba el populismo peronista. Hay que entender que esos eran, a su modo de ver, gobiernos marxistoides. ¡Nada más lejos de la verdad!

Frondizi fue trasladado a la prisión en la isla Martín García. Se negó a renunciar. Se negó a suicidarse. Se negó a irse del país. Al final, los militares se cansaron y… ¡Se fueron a dormir!

Al día siguiente, Poggi, con Frondizi preso, quiso ir a casa rosada a “estrenar” el sillón de Rivadavia, pero llegó tarde: José M. Guido, un civil, ¡le había ganado de mano!

El presidente preso, el vice huyendo… no había líder alguno en el país. Alguien tenía que presidir el estado. Se puso a Guido como eslabón lógico en la línea de mando. La corte lo validó. Por supuesto, Guido sólo fue un títere de los militares, en última instancia.

En 1963 se llamó a elecciones, una vez más, con el peronismo proscripto. Ganó Illia, otro radical. Y se lo derrocó otra vez, en 1966. Una vez más, llamaron Revolución (Argentina) a una dictadura. Los tiranos: Onganía, Levingston y Lanusse.

¿Los motivos? Los golpes fueron en buena parte de América Latina, por lo cual, en general, se especula que se trataba de los intereses de USA por encima de cualquier fuerza local. Fue un período altamente fascista, católico en extremo y autoritario como nunca se había atestiguado. Las luchas eran, en general, internas. Así llegaron Levingston primero y Lanusse después al sillón de Rivadavia.

En 1973, en un clima de gran tensión, los dictadores tuvieron que optar por las elecciones como única salida posible (posiblemente temían una insurrección popular que les costaran sus militares cabezas que conocían despechos pero no campos de batallas ni peligros reales). El peronismo fue legalizado, Perón no. Ganó Cámpora, quien renunció para llamar a elecciones libres. ¿Quién ganó? Sí, Perón ganó. Menos de un año después fallecería el presidente y el cargo sería ocupado por su mujer: María Estela Martínez.

En 1976 esta mujer sería derrocada por la más sanguinaria de cuantas dictaduras sufrió este país, la desaparecedora, la torturadora, la que consideraba “subversivos” a chicos de secundaria, la que veía “comunistas antiargentinos” hasta en los jardines de infantes, la de los vuelos de la muerte, la derecha y humana, la genocida, la hipócrita, la intolerante, la miserable, la cobarde, la nefasta, la lame-falos del imperio, la homosexual reprimida, la imbécil, la necia, la ignorante quemadora de libros.

Los tiranos vomitivos en orden de servidumbre al fascismo: Videla, Viola, Galtieri y Bignone.

Cabe remarcar que en Argentina jamás hubo condiciones sociales óptimas para una revolución social. Lo más cerca que estuvo fue en la década del ’20, pero no ocurrió. Es total y absolutamente falso el discurso que achaca los males a la “amenaza comunista”. Sí hubo guerrilla, más no revolución social. Este país jamás tuvo ningún tipo de socialismo. USA los apoyó por varios motivos, un mínimo temor al comunismo tras las experiencias de Cuba pero, más importante, la necesidad de dominar la economía de América del Sur, su patio trasero, es por esto que el escenario fascista se repitió de modo pan-regional.

El verdadero terrorismo fue, y es, el de estado.

Europa, la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y el siempre santo Vaticano no mostraron interés en estos actos criminales.

La pregunta final es: ¿Por qué el pueblo no se opuso?

Un país tan amplio debiera tener entre su gente hombres y mujeres dispuestos a enfrentar de modo organizado al enemigo, capaz de sofocar al ejército. Porque ES POSIBLE, la historia lo comprueba. No sólo se puede luchar contra ellos, sino que se puede GANAR, como ocurrió en Barcelona en 1936, cuando los fascistas fueron derrotados por los civiles; cuando Madrid no cedió ni siquiera pese a los constantes bombardeos.

¿Por qué los argentinos no salimos a la calle a luchar? Nos hemos acostumbrado, quizás, a que otros tomen decisiones por nosotros, a mirar para otro lado. Pero en 53 años, del ’30 al ’83, 25 fueron regidos por militares que nadie eligió. ¿Por qué? ¿Cómo en tan poco tiempo puede una nación tener 14 dictadores?

¡¿Por qué no gritamos?! ¡¿Por qué no los sacamos a patadas?! ¡No pueden matarnos a todos! Nos necesitan, así que podrán intimidarnos, mas no destruirnos. Entonces, ¿Por qué?

Somos descendientes, en nuestra mayoría, de españoles e italianos, ambos en mi caso, y en menor medida de turcos, judíos, alemanes, ingleses, franceses y misceláneos, si se me permite el término. ¿Con semejante cruza de sangres no tenemos nada que nos lleve a tomar el fusil?

Mi generación nació con la actual democracia. Somos los que crecimos al grito de “¡Nunca Más!”. ¿Si algo ocurriese, cuantos tomaríamos el fusil? Yo expropiaría armas, iría a pelear. Porque es necesario luchar contra los monstruos. Porque en una corte no se derrota al fascista, ya que, como hemos visto, la connivencia ha sido siempre perpetua. El único campo de batalla real serían las calles de la ciudad. A disparo limpio.

En el ’94 en esta ciudad en la que escribo, se reformó la constitución y se agregó la siguiente línea al artículo ‘36:

“Esta Constitución mantendrá su imperio, aún cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos actos serán insanablemente nulo”.

¿Y? ¿Con eso basta? ¡No! ¡Nada de eso! Porque “al fascismo no se le discute, al fascismo se le destruye”, como dijo Durruti. Ellos no van a respetar nada. ¿Se merecen respeto?

Pues no. No lo merecen ni lo van a tener, al menos de mi parte. Los militares al cuartel, cristo a la iglesia, la justicia a la corte y el pueblo a la calle.

Salud y libertad.

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Teología de la Miseria

>> jueves, 4 de marzo de 2010

¡Nuevo libro!


Tras unos cuantos días de encierro y dedicación, ha llegado la hora de publicar mi nuevo trabajo.

Tras propuestas, insultos y amenazas, me decidí a investigar un poco sobre religión. El resultado es esta Teología de la Miseria.

Por qué no hubo Jesús histórico.

Por qué las religiones son mitología.

El poder del clero, como lo mantiene y con qué fines. Todo es verídico y se encuentra acá.

Sinopsis:

El vicio de la ignorancia es lo que preocupa al autor. Un vicio que encuentra fundamento en la manipulación y la propaganda, como herramienta de control social.

En este ensayo socio-histórico Diego Nieto revela como mito y no como inspiración divina la naturaleza de los cultos monoteístas, afirma la inexistencia del Jesús histórico del cristianismo y explica cómo se originan las instituciones y con qué fines.

Del mismo modo, deja en claro las herramientas utilizadas por el clero con fines políticos, económicos y sociales.

A un mismo tiempo, instruye al público en una actividad poco difundida: la apostasía, la separación formal del individuo de la fe que le fue impuesta.

La investigación ha sido llevada adelante con férrea rigurosidad y tras la lectura de este libro queda sólo una pregunta por hacer: ¿Podrá aceptar el lector lo descubierto, o hará caso omiso a la evidencia?
Descarga via Bubok (click en la imagen y en la siguiente ventana en la flecha verde a la derecha)



NOTA: Hay un error deliberado en el libro. A ver quién es el primero en encontrarlo.


NOTA 2: Éste libro se encuentra en proceso de revisión. Podrá ser descargado nuevamente en breve, en una edición ampliada y corregida. Disculpe las molestias.

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