Legalidad

>> miércoles, 1 de junio de 2011



Las voces a favor son las mismas. Las voces en contra son las mismas. El hecho es apenas otro punto del que pretenden aferrarse los mismos de siempre: reformistas vs conservadores. La historia de nunca acabar. Y nunca mejor dicho, ya que nos enfrentamos a un orgasmo interrumpido.

Durante la última década, esta sociedad salida de una película de George Romero comenzó a creer que se hablaba sin tapujos de "Eso de legalizar la droga". Nada más lejos de la verdad.

Por principio, muchas drogas peligrosas son legales y lo fueron siempre, como por ejemplo los antidepresivos, ese barco insignia de la industria farmacéutica, tan beneficiada por la hipocondría de los tiempos que corren.

Lo cierto es que no se habla de la cocaína, no se habla de la heroína ni, mucho menos, de legalización.

Sólo se discutió un poco sobre la despenalización del consumo de marihuana. No hubo un verdadero debate, al menos a mi juicio.

Sí es verdad que La Cámara Federal falló a favor de la despenalización pero eso ocurrió en 2009, por un lado, y por el otro aún se mantiene una figura agresiva: la criminalización por tenencia simple.

Esto significa que se puede cultivar marihuana para el consumo, pero no para la venta. Lo cual, a primera vista, parece perfecto. Pero la perfección está muy lejos de estos lares. Porque no existe un verdadero parámetro para definir cual es la cantidad de marihuana que un individuo consume. Del mismo modo que hay quienes fuman dos cigarrillos al día y otros cuarenta, hay quienes fuman dos porros al día y otros que fuman cuarenta. Sí, cuarenta.

¿Y qué es la tenencia simple? Lo que su nombre indica, tener una pequeña cantidad. ¿Y cómo se consume sin tener? Ah, las contradicciones criollas. Lo mejor del asunto es que la tenencia simple se castiga, según el artículo 14 de ley 23737 del código penal, con una temporada de cárcel, que va desde el mes a los dos años. Aunque se haya declarado inconstitucional, ocurre de todas formas. No es muy distinto al concepto de "Objeción de conciencia", que permite a los funcionarios incumplir la ley y NO TRABAJAR PERO COBRAR DE TODAS FORMAS cuando, por ejemplo, se niegan a casar a una pareja compuesta por personas del mismo sexo.

Existe un verdadero proyecto de ley para despenalizar el consumo y cultivo para uso personal, el número es 7258 y plantea lo siguiente:

ARTICULO 1º. — Deróguese el inciso a) y el anteúltimo párrafo del artículo 5 de laley 23.737 y sus modificatorias.
ARTICULO 2º. — Modificase el inciso d) del artículo 5 de la ley 23.737 y sus modificatorias, el que quedará redactado de la siguiente manera:
“d) Comercie con plantas utilizables para producir estupefacientes, o las tenga con fines de comercialización, o las distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte.”
ARTICULO 3º. — Modificase el último párrafo del artículo 5 de la ley 23.737 y sus modificatorias, el que quedará redactado de la siguiente manera:
“En el caso del inciso e) del presente artículo, cuando la entrega, suministro o facilitación fuere ocasional y a título gratuito y por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere inequívocamente que es para uso personal de quien lo recepta, la pena será de SEIS (6) meses a TRES (3) años de prisión.”
ARTICULO 4º. — Modificase el artículo 6 de la ley 23.737 y sus modificatorias, el que quedará redactado de la siguiente manera:
“Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de veinte mil a un millón de pesos el que introdujera al país estupefacientes fabricados o en cualquier etapa de su fabricación o materias primas destinadas a su fabricación o producción, incluso cuando habiendo efectuado una presentación correcta ante la Aduana posteriormente alterare ilegítimamente su destino de uso.
En estos supuestos la pena será de dos a doce años de reclusión o prisión, cuando surgiere inequívocamente, por su cantidad, que los mismos no serán destinados a comercialización dentro o fuera del territorio nacional.
Si los hechos fueren realizados por quien desarrolle una actividad cuyo ejercicio depende de autorización, licencia o habilitación del poder público, se aplicará además inhabilitación especial de tres a doce años.”
ARTICULO 5º. —. Deróguese el artículo 14 de la ley 23.737 y sus modificatorias.ARTICULO 6º - Modificase el artículo 15 de la ley 23.737 y sus modificatorias, el que quedará redactado de la siguiente manera:
“Las hojas de coca en su estado natural destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no serán consideradas estupefacientes a los fines de esta ley.”
ARTICULO 7º. — Deróguense los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22 de la ley 23.737 y sus modificatorias.
ARTICULO 8º. — Deróguese el artículo 29 bis y sus modificatorias.
ARTICULO 9º. — Deróguese el artículo 31 ter y sus modificatorias.
ARTICULO 10º. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.


Pueden leer el texto completo en ESTE ENLACE

Como verán, es una regulación más justa y menos retrógrada. Pero con eso no es suficiente. El sistema, desde los medios, alimentó el tabú durante casi un siglo y la ilegalidad de determinadas sustancias que, en efecto, son perniciosas para la salud. Pero lo hizo de un modo hipócrita. Alguna vez el whisky fue ilegal, a fin de cuentas.

Esto obedece a varios factores. Por un lado la pacatería de una sociedad con un ala conservadora dominante, los vestigios de las atrocidades cometidas por el clero contra las libertades del individuo y el interés en detener, o al menos ralentizar, el cambio social. Por el otro, a la economía. Seré breve:

¿Cuantos millones en ganancias generan las drogas legales? Demasiados. Sean las drogas de consumo social, sean las recetadas. Y todos son nocivas para la salud. Aún así, perseguimos a un pibe que fuma a un porro pero le damos las gracias al médico cuando nos mete un cóctel de pastillas con decenas de efectos secundarios.

En general, esto no se discute. Tan preocupados por la salud, los enemigos de la legalización no parecen inquietarse al ver miles de adolescentes drogados con antidepresivos. No se inmutan al ver la creación de clases especiales para reconocer el lenguaje del cuerpo, algo que antes fuera innato pero que hoy se ha perdido, gracias a la omnipotente televisión. Igual que esos otros, los enemigos del aborto, los amigos de la pena de muerte. Los lacayos del capital.

Se habla aún de "La droga", con expresión de sorpresa y fingida preocupación. Señora, no sea bruta, la nena de quince años fuma porros y comparte cama con varios tipos a la vez. ¿Y tan terrible es? Señora, no sea bruta, el problema con su hija no es la marihuana ni el sexo, el problema con su hija es que está alienada, no es capaz de tener una idea propia porque sólo conoce los modelos del sistema, porque tiene menos inquietudes intelectuales que una baldosa, porque usted se creyó transgresora cuando le invitó un cigarrillo. ¿Entiende? Fumar marihuana no es un acto de rebeldía. Su nena no es rebelde. Rebelde es el Subcomandante Insurgente Marcos. Su hija es tan bruta como usted, ese es el problema. Y, pasada esta etapa, intuyo que recreará los mitos y tabúes que usted apuntala a causa de su ignorancia.

Esa es la urgencia del cambio en la regulación. Porque mientras usted trata de salvar el honor de la nena ante este escritorzuelo pobre y desconocido, allá afuera, en las calles, los consumidores todavía son perseguidos, por sociedad y policía, por fumar una plantita menos dañina que los cigarrillos que usted y yo fumamos sin culpa, sin juicios de valor de terceros ni miedo a la cárcel.

Acá un extracto de un "debate" moderado por el periodista Gerardo Rossin. Los invitados: Sebastián Bassalo, de Revista THC, y Claudio Izaguirre, de la Asociación Antidroga Argentina, una asociación civil sin fines de lucro.



Quedan claras las posturas. ¿Verdad? Izaguirre tuvo un papel mínimo en la captura de Erich Priebke, el criminal nazi que se ocultó durante décadas en Bariloche, pero lo cierto es que es un sujeto de amistades peligrosas.

Acá se lo puede ver junto a Alejandro Biondini, el Hitler criollo:




Él afirma que fue engatuzado para sacarse esa foto, que no sabía bien quien era Biondini, que era una especie de conspiración en su contra coordinada por Horacio Verbitsky. Le daría el beneficio de la duda, si no fuera por esta otra foto:



La Casa Patria es, en palabras de sus fundadores, "Un espacio cultural, editorial y doctrinario patriótico". Con Biondini, con esos neonazis apenas salidos de la pubertad, con chupacirios, hispanistas y fachos de todos los colores. En definitiva, los que dicen las cosas que piensa gente como Cintia Hotton y Chiche Duhalde; en definitiva, los mismos de siempre, fascistas vomitivos, simios que danzan ante billetes.

¿Y los consumidores encarcelados? A pocos nos importan, al parecer.

¡ODIO TODO ESTO!

NOTA: Si alguien va a repostear esta nota en Taringa! o en algún otro sitio, agradecería que citen el blog como fuente y, de paso, me avisen, porque me encanta el feedback.

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