Los Fantasmas de la Derrota

>> lunes, 5 de julio de 2010

El termino fascismo remite al fascio, al haz de ramas, la fuerza en la unidad. Una vara sola se quiebra con facilidad. Un puñado no. Es la triste historia de la humanidad: la tiranía del número y el poder.

El concepto de república (res pública; la cosa pública) nace con los griegos, creadores de la democracia, un sistema de orden imperfecto pero efectivo, donde los derechos y libertades civiles son amplios y merman la injusticia que abunda en todos los otros aspectos de la política.

Las polis estaban regidas por una oligarquía, un gobierno de “los mejores”, donde todos los ciudadanos, que no todos los habitantes de la ciudad, tenían derecho a participar en la política de su comunidad.

Los griegos tenían una palabra para quienes reunían todas las condiciones para ser ciudadano y se negaban a asistir al ágora: imbécil.

Ayer los inteligentes, pero egoístas, del mundo intentaron arriar a los imbéciles con la intención de llevar agua hacia su molino. El problema es que ellos mismos, sin saberlo, estaban bajo el líquido. Era un manotazo de ahogado.

Argentina está a punto de sentar un inmenso precedente en América Latina en lo que a derechos civiles respecta. Se pretende reformar el código civil para que el Estado otorgue protección jurídica a parejas sin distinción del género de sus miembros. Parejas reales, familias de hecho, que existen, que están, que viven, pagan impuestos, expensas e incluso tienen hijos, sea a causa de una relación heterosexual anterior, sea por adopción.

El sector conservador se opone rotundamente. ¿Por qué? Podemos citar sus argumentos, propios del medioevo, que engañarán sólo a quienes estén desinformados. “Antinatural”, le llaman a un contrato social que es un producto humano tanto como la computadora que vos, lector, usas en este preciso instante. “Contrario a las leyes de Dios”, afirman, cuando no sólo tras milenios no han aportado evidencia alguna de la existencia de sus dioses sino que las mismas divinidades fueron poco originales al plagiar una construcción social humana. “Luego de esto sigue casarse con un perro”, mi favorito, porque todos sabemos que los perros pueden firmar contratos, aunque Hobbes se los prohibiera en su Leviathan. Sin contar las acusaciones varias que igualan a la comunidad LGBT con los pedófilos, los zoofilicos y los violadores.

Y los reclamos televisivos. Y los discursos apocalípticos. Y las mentiras. Y las marchas “en defensa de la familia”. Y esa vomitiva actitud que los lleva a utilizar a los niños para justificar sus propios prejuicios.

Y, por supuesto, el plesbicito, el cúmulo de todas las ignominias de la derecha, la madre de todas las vergüenzas conservadoras: querer utilizar el número para negar a una minoría los derechos civiles que debieran haber tenido siempre.

Hay que comprenderlos, es un intento de utilizar la fuerza en la unidad. Solos no pueden. Por eso pretenden recurrir al rebaño que han educado desde la infancia, a las ovejas que han aterrorizado con la cruz donde, dicen, murió un carpintero y el infierno regido por su némesis, Lucifer, el protorevolucionario socialista.

Casi puedo oírlos decir “Nos negamos a aceptar que ustedes, los diferentes, son nuestros iguales”. Porque, en última instancia, los conservadores, mediante las falacias y el chantaje emocional, pretendían mostrar una sociedad tan retrógrada como ellos. Por la culata le salió el disparo al francotirador ultramontano. La ley dijo NO.

No. No, porque la democracia directa es el mejor método de participación político y no permitiremos que lo mancillen. No, porque los derechos civiles no se someten a los prejuicios del dominante. No, porque no es una decisión de la sociedad en tanto y en cuanto no afecta a esta de modo completo.

No, porque es un insulto a la comunidad homosexual. Y a la inteligencia del hombre.

Liliana Teresita Alonso de Negre, senadora ligada a Rodrigez Saa y la siempre impresentable Cinthya Hotton, enviada especial desde el medioevo, encabezan la oposición. Son la primera línea de defensa de los conservadores. Las centinelas del Occidente Cristiano, derecho y humano. En la vereda opuesta la comunidad LGBT, los medios de comunicación, toda la izquierda y un abrumador número de heterosexuales con consciencia.

Al haz le faltaron ramas. Se volvió débil. Pronto escucharemos su crujir al partirse a causa del peso de la realidad. El mundo cambió. Los dinosaurios se extinguieron, aunque aún no lo saben.

El catorce de julio se votará la ley. Se puede sentir la cercana libertad en el furioso bramido de los mares del devenir. Mientras tanto, los mismos de siempre aún se llenan la boca con sus profecías. Pero no importa. Sus voces y sus rasgadas vestiduras son apenas una sombra de algo que fue sólido eones atrás. Son los fantasmas de la derrota. Perdieron. Como cuando se instituyó el matrimonio civil; como cuando se legalizó el divorcio. Perdieron. Y tendrán que aceptarlo.

El marcador en el Siglo XXI es:

Humanidad 1 | Fascio 0

Es su turno. ¿Cual será nuestra próxima batalla?

1 Huellas:

-=OcToPvS=- 6 de julio de 2010, 22:53  

uhmmm, buen dia.. o buana noche digo yo.
primera vez que veo vuestra pagina, y aunque no la he leido, el lobo pareciera flotar... es la idea?

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