Escritor

>> miércoles, 28 de julio de 2010

Tras largas semanas de ausencia, regreso al ruedo. ¿Que qué hice? Lo mismo de siempre, aparcero: escribir. ¿Qué otra cosa voy a hacer, si nada más sé?

Terminé NOSOTROS, mi nueva novela, la cual envié a un concurso. Ah, el concurso. Permitame explayarme.

Primero escribí 50 páginas más o menos aceptables. Mediocres en todo caso. No per se, sino por todo lo que no veía errado y, sin embargo, estaba. Como padre de la bestia sabía que los errores estaban ahí, pero, también como progenitor, era incapaz de reconocer en aquella primera infancia los defectos de mi hija.

PRIMER HECHO FORTUITO: Lucía se ofreció como correctora. Resultado: mediocridad erradicada. Realmente debajo de todo ese pelo violeta reside un cerebro maravilloso con una comprensión del lenguaje digna de aplausos. Me sacó las papas del fuego. Un observador externo diría "Pero si eran cuatro boludeces". Yo respondo: cuatro boludeces que me arruinan todo el trabajo. Ella supo ver lo que yo omití. Y me alegra. Ahora puedo decir que es un libro digno de ser leído.

El problema es que luego de aquel arranque caí enfermo. Gripe. Dolor de cabeza, algo de fiebre, tos (que se niega a irse, incluso ahora), malestares, piernas destruidas. En síntesis: una semana perdida. Luego, un bloqueo no muy extenso, pero que me dejó con apenas diez días para terminar el trabajo.

A base de mucho esfuerzo, noches en blanco, dormir poco, comer casi nada y desligarme de cualquier otro asunto, logré poner el punto final tras una semana de trabajo. En términos generales, la novela tiene una sola falencia grave, un evento apresurado en la trama, lo cual no es tan terrible. Fuera de eso, gracias a las pilas de Lucía, que corrigió todo en unas cinco horas (morite de envidia, Stephen King, no escribiré mejor que vos pero mi correctora supera a los tuyos con creces), dejando bajo mi responsabilidad sólo la leída final de las últimas 80 páginas. Carrera contra reloj superada.

SEGUNDO HECHO FORTUITO: logré hacer el envío en una tarde. UNO. Imprimir y anillar. AUXILIO: los pibes de la fotocopiadora que le metieron pila e hicieron todo en menos de media hora (no es poco al tratarse de más de 500 páginas). DOS. Buscar algo en qué poner todo. AUXILIO: Andrés, del instituto, estaba laburando. Me dio una caja, ahorrándome así el pagar de más en el correo. TRES. Envío. Acá empieza lo denso. No, no podía enviarlo como lo llevaba, tenía que ir envuelto en papel madera. Cruzar a una librería, hacer que lo envuelvan. Regresar. Formar fila de nuevo. No, no se puede entregar en esa caja, en la de al lado. Cambiarme de fila, esperar de nuevo para que me atienda la misma empleada. Embole uno, un viejo que se para atrás mío y se pone a contarme su genealogía comenzando por Matusalen. Embole dos, la empleada se pone a jugar a la agente del FBI y me cuestiona el contenido de la encomienda, que si soy escritor, que a qué premio envío, que bla bla bla. Me faja: 56 pesos. En la librería otros 5. Más 73 de las impresiones y 18 del anillado.

TERCER HECHO FORTUITO: El transporte salió a las 18 horas, lo cual significa que debería llegar el miércoles por la tarde a la casa de Agustín, quien me va a hacer el favor de entregarlo en persona en la dirección correspondiente. Visto que la fecha de cierre es el 30, debo considerarme un tipo con suerte.

Ahora que todo quedó atrás y sólo resta esperar, vuelvo al ruedo. Para conmemorar tan neurótica ocasión quiero dejarles una reflexión sobre el oficio, de la mano del gran genio Charles Bukowski:



COMO SER UN GRAN ESCRITOR

tienes que cojerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primer embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay,
está bien
igual.

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